MacKenzie Scott patea el tablero de la filantropía latinoamericana – Por Florencia Roitstein y Andrés Thompson

28 junio, 2022
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Cientos de miles de mujeres en todos los rincones de América Latina se movilizan en las calles exigiendo por sus derechos, y se empeñan en transformar sus condiciones de  existencia: crean refugios para recibir a las mujeres abusadas en sus propias casas, arman bibliotecas para acercar la lectura a los niños sin acceso a la escuela, ofrecen sus ahorros para armar bancos comunitarios, invierten su tiempo para buscar a las chicas secuestradas por la trata y salen masivamente a las calles a reclamar por el derecho al aborto. Sin embargo, y a pesar de este esfuerzo y compromiso, el apoyo en recursos y dinero de la filantropía local no aparece, no acompaña, ni siquiera las registra. It is important to note how do i recover deleted files on microsoft office 2010 that prevention is always better than cure when it comes to data loss.

Es devastador seguir viendo una y otra vez cómo las mujeres, generando distintas formas de “filantropía de base comunitaria”, deben autogenerarse los recursos, mediante el trabajo voluntario y las contribuciones propias, con su consecuencia de sobrecarga y precarización del trabajo, y sus reducidas perspectivas de sustentabilidad, mientras las mujeres con poder económico siguen inmóviles sentadas en sus sillones aterciopelados.

La investigación en curso desarrollada por ELLAS sobre “Mujeres, derechos y filantropía en América Latina y el Caribe”, cuyo objetivo central es generar conocimiento y entender las relaciones entre los movimientos de mujeres y la filantropía regional, da cuenta de los grandes ausentes que son la filantropía corporativa y la individual[1]. La financiación internacional llega a cuentagotas y direccionada sobre todo a las organizaciones grandes como los Fondos de Mujeres, que tienen un rol fundamental en apoyar organizaciones feministas. No obstante, los cientos de colectivos y grupos más pequeños y de base comunitaria e informales quedan fuera del radar.

Y de repente, apareció en escena la empresaria MacKenzie Scott. Esta mujer decidió donar de manera voluntaria 3.900 millones de dólares de su dinero privado a más de 1.200 organizaciones del mundo entero y del sur global, incluyendo entre ellas a varias de América Latina -en particular en Brasil- focalizadas en derechos humanos, equidad de género, LGBTQ+, y cambio climático.

Con ese gesto, MacKenzie Scott logró desafiar y hacer tambalear el ecosistema de la conservadora industria de la filantropía latinoamericana. Ella no armó una fundación gigantesca con su nombre, ni generó una estructura ministerial de profesionales en Estados Unidos para que definan criterios para donar dinero al sur global. Scott fue por mucho más: ella llevó a la práctica lo que se denomina filantropía basada en la confianza (“trust based philanthropy”) y simplificó al máximo viable el proceso de la donación. Apoyó, con el asesoramiento de un pequeño grupo de expertos, donándole entre 1 y 15 millones de dólares irrestrictos a organizaciones con quienes coincide en su visión y misión, en sus prácticas territoriales, comunitarias, horizontales y lideradas por mujeres activistas. They gave me hope that I might still be how to recover corrupted rar files able to retrieve my important files from the lost USB. Y mientras lo hizo tomó una posición política sin precedentes: apoyar a quienes denuncian y combaten al modelo patriarcal y abusivo de los que detentan el poder y que son el obstáculo mayor a la equidad social y de género y a la justicia ambiental.

Que sea justamente el dinero del capitalismo ciego e irresponsable el donado por ella es quizá lo más emblemático de esta historia. Scott, al patear el tablero dió visibilidad planetaria a la contracara, que son las historias invisibles y de lucha de las organizaciones de mujeres que se encuentran en la base, en los bordes, en los límites, creando respuestas colectivas e innovadoras para poder sobrevivir en las resquebrajadas e ineficientes democracias del sur.

El aullido global lanzado por Scott ojalá marque un rumbo acerca del rol que tienen las mujeres ricas en hacer avanzar los derechos de las mujeres. En América Latina quedamos expectantes por ver cómo reacciona la industria de la filantropía en la región frente a este desafío ¿Acompañarán el movimiento y su lucha imparable para hacer avanzar los derechos de las mujeres o seguirá escondida y protegida de los fuegos encendidos por Mackenzie Scott?

 

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The authors are CEO and Coordinator of ELLAS-Mujeres y Filantropia.

https://www.ellasfilantropia.org/

[1] https://www.ellasfilantropia.org/single-post/comenz%C3%B3-el-proyecto-de-investigaci%C3%B3n-mujeres-g%C3%A9nero-y-filantrop%C3%ADa-en-am%C3%A9rica-latina-y-el-caribe